Boston, Massachusetts, 1920. Dos italianos, Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, son condenados a muerte por la única culpa de ser anarquistas. El mundo entero se rebela, las plazas se llenan: está en juego la vida de dos hombres y los ideales que representan. Millones de voces se alzan en decenas de idiomas diferentes, todas reclamando justicia para Sacco y Vanzetti, pero nada logra salvarles la vida: el 23 de agosto de 1927 son entregados al verdugo y ejecutados en la silla eléctrica, convirtiéndose en mártires de la injusticia y un símbolo de libertad. Casi cincuenta años después, en 1971, el director Giuliano Montaldo realiza una película sobre su increíble historia, el título es «Sacco y Vanzetti»: la obra se convierte inmediatamente en un manifiesto contra la intolerancia, la injusticia, la pena de muerte y un gran éxito internacional. La banda sonora de Ennio Morricone y Joan Báez, se convierte en un símbolo de libertad y defensa de los derechos humanos, potenciando la conciencia de los jóvenes de todo el mundo.
Una oda por la libertad y la defensa de los derechos humanos.